Emilio Carranza
En varios estados de nuestro país hay una avenida o calle que lleva el nombre de Emilio Carranza, fue un personaje importante de la aviación en México, sobrino-nieto del que fuera presidente del país, Venustiano Carranza.
Emilio Carranza Rodríguez nació el 9 de diciembre de 1905 en Ramos Arizpe, Coahuila, desde pequeño estuvo interesado en la aviación y fue un visitante frecuente de los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas y de la Escuela Militar de Aviación, donde su tío Alberto Salinas fue el primer director. Para 1926 se tituló como teniente Piloto Aviador de la Fuerza Aérea Mexicana.
Primero adquirió un avión Lincoln Standard en la ciudad de Chicago, pero en su viaje de regreso tuvo un accidente, donde él y su hermano salieron lesionados. Meses después es enviado a Sonora a participar en la campaña del Yaqui, y por su brillante desempeño fue ascendido a Capitán.
Entre 1926 y 1927 se construyó por importantes personalidades de la aviación el monomotor Quetzalcóatl, llamado “Tololoche”, por estar hecho solo de madera y fue en este avión donde, un 2 de septiembre de 1927 muy temprano despego de la Ciudad de México, aterrizando por la noche en Ciudad Juárez, ante el asombro de la gente ya que realizó el vuelo más largo registrado en México, que duró 10 horas con 48 minutos.
Al siguiente año en mayo de 1928, realizó el vuelo más largo en solitario y sin escalas al volar de San Diego, California a la Ciudad de México, convirtiéndose en héroe nacional por su recorrido de 3000 kilómetros.
Por estas hazañas realizadas, el presidente Plutarco Elías Calles, consideró que Emilio Carranza haría un vuelo de buena voluntad para relajar las tensiones que había entre Estados Unidos y México; aunque no pudo realizar su cometido en un solo viaje, ya que una tormenta lo obligó a hacer una parada de precaución en Carolina del Norte para después arribar a Washington D.C., donde fue recibido con grandes honores, logrando en buena medida el objetivo político.
De su regreso a México hay varias versiones, la más destacada es que fue forzado a regresar por un comunicado del general Joaquín Amaro, secretario de Guerra. Lo cierto es que el siguiente 12 de julio el capitán Carranza quiso regresar a nuestro país, ignorando las advertencias de mal tiempo. Las consecuencias fueron funestas:
Emilio se estrelló sobre el bosque Pine Barrens, en Nueva Jersey, perdiendo la vida
En un diario de la capital mexicana se publicó: “Una profunda pena nos embarga, sentimos informar a nuestro público, de la muerte del capitán Emilio Carranza. Dentro de nuestro medio, escaso en ejemplos heroicos para la juventud, este ‘caballero águila’ se destacó por su voluntad, por su pujante y claro esfuerzo de conquistador de los aires. Su muerte señala un camino de lucha, de acción, para todos los jóvenes de hoy, que nunca deben olvidar a quien ofrendara su vida, en el cumplimiento de su deber”.
El presidente Coolidge ofreció un destructor para que transportara su cuerpo al puerto de Veracruz, pero el gobierno mexicano optó por hacerlo por ferrocarril. En el lugar en que cayó el avión, conocido como Sandy Ridge, la American Legion Post 11 Mount Holly, NJ., construyó un monumento en su recuerdo.
Sus restos fueron traídos a México con el protocolo de héroe nacional y hoy descansa en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Cada año el gobierno de México entrega la presea “Emilio Carranza” a los pilotos y técnicos más destacados.
En el estado de Veracruz hay un poblado con el nombre de Emilio Carranza, en Piedras Negras, Coahuila la avenida principal lleva su nombre y en la Ciudad de México también hay una calle con su nombre.