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EL EMBAJADOR EEUU, OPOSITORES, MORENISTAS Y MOMENTOS TAN DELICADOS
OPINIÓN DE: MARÍA RESENDIZ
PACHUCA, HGO., 20 DE JULIO DE 2025.
Una elegante cena en honor al embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, ex boina verde, ex agente de la CIA y ahora diplomático de tiempo completo fue organizada este fin de semana por la American Society of México. El evento, por supuesto, no podía estar completo con el generoso “mecenas” el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien últimamente parece más interesado en política exterior que en pagar sus impuestos, será con miras al 2030, en el momento del discurso del embajador dijo: Embajador Ronald Johnson reveló cuáles son los 4 objetivos prioritarios de Estados Unidos en México Ronald Johnson subrayó que la relación entre México y Estados Unidos atraviesa un momento decisivo, y aseguró que la administración del presidente Donald Trump apuesta por fortalecer una relación que definió como “única, especial y profundamente cercana”.
La velada, celebrada fue en un distinguido lugar, presidida por Larry Rubin, presidente de American Society of Mexico, reunió a figuras del ámbito diplomático, empresarial y político, en honor del embajador Ronald Johnson y su esposa, Alina Arias Johnson. muy conocido como el Camino Real de Polanco, costó por persona fue de 200 dólares por por persona indudablemnete poca cosa para los asistentes, un precio más que justo si se considera que incluía vino, cena formal, una asignación de mesa no negociable y una buena dosis de geopolítica recalentada.
En su nota El gran periodista Julio astillero, en su columna, de la Jornada MX, y con el gran sentido crítico textualmente menciono que “que en su programa matutino de espectáculos y farándula Venga la Alegría, tres encargados de la conducción, en congruente alborozo, anunciaron a la audiencia de Televisión Azteca que esta empresa, y el Grupo Salinas en general, habían patrocinado la cena de gala servida en honor del embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, el coronel en retiro que fue boina verde y ha servido como agente de la CIA (goo.su/26XIp).
En el acto hablaron Larry Rubin, presidente de la American Society of México, organización anfitriona, y el diplomático bélico, Johnson.
También participaron el coro y la orquesta Esperanza Azteca, de la Fundación Azteca (presidida hace años y durante largo tiempo por Esteban Moctezuma Barragán, actual embajador mexicano en Washington).
A la reunión asistieron personajes de la oposición a la llamada Cuarta Transformación, como Jorge Romero, presidente nacional del PAN; Ricardo Anaya, ex candidato presidencial en 2018 del blanquiazul y ahora senador; la también legisladora Kenia López Rabadán; Lorenzo Córdova, ex consejero presidente del INE, y José Ángel Gurría. Además, algunos dirigentes de cámaras empresariales y conductores de Televisión Azteca y de Televisa.
Del flanco morenista asistieron: la titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Alicia Bárcena; el diputado federal Sergio Mayer, la ex presidenta de Morena y actual senadora Yeidckol Polevnsky, y el secretario general del Seguro Social, Jorge Gaviño”.
A la Gala o alfombra Blanca, Entre los asistentes hubo de todo: panistas, prisstas, Morenistas conductores de televison asi también (todos en su elemento), opositores como Lorenzo Córdova y José Ángel Gurría, y también, para sorpresa de muchos, algunos morenistas que decidieron que una noche con la derecha no hace daño. Ahí estaban.Tal vez pensaron que, al fin y al cabo, “el fentanilo” no respeta partidos y que es tiempo de reagruparse, pero sobre todo La alianza explícita del sector más beligerante del gobierno de Donald Trump con Ricardo
Salinas Pliego es notable por cuanto este empresario ha ido elevando el tono de confrontación con la administración de la presidenta Sheinbaum y con la ejercida por Andrés Manuel López Obrador, en el contexto de un cobro fiscal que parece inevitable, de más de 70 mil millones de pesos.
El discurso de la noche estuvo a cargo de Larry Rubin, presidente de la American Society, quien con tono serio y algo de nostalgia imperial advirtió que los aranceles del 30% anunciados por Trump para el 1 de agosto no son una amenaza, sino una “alerta estratégica”. Claro, porque cuando un elefante pisa a su vecino, no es agresión: es una advertencia diplomática.
Rubin no se quedó corto. Regañó al gobierno mexicano por no actuar con suficiente fuerza contra el fentanilo, los “grupos terroristas” y por no cumplir “plenamente” con el T-MEC. Porque nada dice “amistad binacional” como una buena reprimenda pública mientras se sirve el postre.
El embajador Johnson, por su parte, optó por un tono más clásico: habló de libertad, justicia y oportunidades, y de cómo la nueva era con Trump (sí, ya dan por hecho su regreso) será para construir un futuro “más fuerte y seguro” para ambos países. Un mensaje inspirador, si uno ignora que unas horas antes Trump había enviado una carta a Claudia Sheinbaum básicamente amenazando con medidas comerciales punitivas.
Mientras tanto, Rubin siguió marcando la línea como si fuera vocero del Departamento de Estado. Dijo que desviarse de la alianza con Estados Unidos sería un error estratégico de proporciones épicas y responsabilizó al gobierno mexicano de “omisiones” que, según él, están poniendo en riesgo nuestro acceso al “mercado más importante del mundo”. Una forma elegante de decir: “hagan lo que se les pide o prepárense para el castigo”.
Así, entre sonrisas, flashazos y discursos con aroma a ultimátum, transcurrió la cena. Una noche más en la que la élite mexicana de oposición y no tanto se dio cita para aplaudirle al embajador de un país que no ha tenido reparo en usar aranceles como garrote político.
Todo patrocinado por un empresario que se dice víctima del gobierno, pero que claramente sigue sabiendo cómo estar en el centro del poder.
Porque en México, como siempre, se cena bien… incluso mientras se habla de sanciones.