Todo iba bien: Coldplay tocaba, las luces brillaban, las emociones estaban a flor de piel… y de repente, ¡zas! La “Kiss Cam” decide enfocarse justo en Andy Byron, CEO de Astronomer, y su encantadora directora de Recursos Humanos, Kristin Cabot. ¿Coincidencia romántica o amor corporativo al desnudo?
El público gritó, las redes explotaron, y la telenovela empresarial del año comenzó sin guion.
Kristin, que en noviembre de 2024 fue recibida con likes y emojis de fueguito como la nueva Chief People Officer, no tardó en dejar claro que compartía “una conexión genuina” con el CEO. Ay, Cupido, cómo te gusta el drama de oficina.
Andy, por su parte, la describía como “una pieza clave para el crecimiento de la compañía”. Y vaya que creció… el escándalo.
El post de bienvenida en LinkedIn, donde todo era puro entusiasmo y liderazgo inspirador, ahora ha sido sustituido por un mensaje de error que grita: “¡Yo no fui!”. Más sospechoso que borrar mensajes a medianoche.
Desde entonces, Astronomer ha optado por el clásico “no comment”, versión ejecutiva del “estamos en una pausa”. Ni rastro de Kristin en el sitio web, ni en redes sociales, ni siquiera una story motivacional en plan “sigue tus sueños, aunque te cancelen”.
Y si creías que esto era solo un escándalo laboral, agárrate. Megan Kerrigan Byron —la esposa del CEO— decidió que era hora de soltar. Eliminó el “Byron” de sus redes y luego cerró su Instagram. Las señales no podrían ser más claras: ni filtros ni maridos.
Por ahora, el triángulo amoroso (o cuadrado, si contamos a LinkedIn) está en pausa indefinida. Kristin desaparecida, Andy en silencio, Megan sin apellido, y Coldplay probablemente preguntándose por qué su concierto se convirtió en la gala de los Premios Infidelidad Corporativa 2025.
Y así, en vez de un “Viva la Vida”, tenemos un “Adiós al empleo”. Porque en el amor y en los negocios, nada está garantizado… excepto que la Kiss Cam no perdona.