De acuerdo con pobladores de Mineral del Chico, hace 150 años un minero desesperado habló con Jesús para pedirle la sanación de su pequeño hijo, quien estaba a punto de morir, por lo que para evitar el cruel destino que lo pondría triste le prometió a Dios inundar de rosas la iglesia “de la inmaculada concepción” de ese municipio.
Tras varias oraciones y reiterar su promesa, el hombre fue bendecido y su descendencia tuvo una larga vida, por lo que puso manos a la obra para cumplir su manda que consistió en arrojar miles de pétalos cada año como muestra de agradecimiento y devoción; mientras que años después se modificó y ahora se arrojan hasta dos toneladas de flor.
Después de años y años se convirtió en una hermosa tradición que a la fecha se vive llena de emoción, son aproximadamente dos toneladas de flores las que se utilizan para poder conseguir un efecto mágico que cautiva a pobladores y turistas, plantas que son dadas mediante donaciones de productores regionales de Mineral del Chico como de las localidades Capula, Carboneras, La Estanzuela y Cimbrones.
El Nuevo Gráfico de Hidalgo El Periodismo es una ventana hacia la historia, donde cada día se aprende