Marco Antonio Mendoza, el dirigente provisional del partido, asegura que hay cuentas congeladas, parque vehicular embargado y varias deudas que tendrán que ser transparentadas.
Ya se conformo la nueva dirigencia del PRI, encabezada por Marco Mendoza Bustamante, presidente provisional de ese Instituto político, aseguro que los exmilitantes del tricolor (15 alcaldes, 70 regidores y ocho diputados que renunciaron al PRI) dejaron un «boquete financiero» y para empezar sus funciones amenaza con presentar denuncias penales en contra de los que resulten responsables por delitos de corrupción, así mismo por irregularidades que afectan al partido, pues asegura que él no será «tapadera» de nadie.
Así mismo dijo que acudirá al gobierno de Morena y a Santiago Nieto, encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), para que se lleve a cabo las investigaciones correspondientes de los presuntos actos de corrupción que llevaron a cabo los exmilitantes.
«Se ha encontrado, por ejemplo, una cuenta congelada, deudas de pago inmediato de más de 2 millones de pesos, multas importantes por malos manejos y falta otra multa de 4 millones de pesos” asevero Mendoza.
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