El Día Mundial de la Bicicleta, designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y celebrado anualmente el 3 de junio, llama la atención sobre los beneficios de usar la bicicleta, un medio de transporte sostenible, simple, asequible, limpio y ambientalmente adecuado. La bicicleta contribuye a un aire más limpio y a una menor congestión y hace que la educación, la atención sanitaria y otros servicios sociales sean más accesibles para las poblaciones más vulnerables.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infraestructura segura para caminar y andar en bicicleta también es un camino para lograr una mayor equidad sanitaria. Para el sector urbano más pobre, que a menudo no puede permitirse un vehículo privado, caminar y andar en bicicleta puede proporcionar una forma de transporte al tiempo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer, diabetes e incluso la muerte. En consecuencia, la mejora del transporte activo no solo es saludable sino también es equitativa y rentable.
Un sistema de transporte sostenible como el de la bicicleta que promueva el crecimiento económico, reduzca las desigualdades y refuerce la lucha contra el cambio climático es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo.