El origen del Día del Padre se remonta a inicios del siglo XX en Estados Unidos. Fue inspirado por Sonora Smart Dodd, quien quería honrar a su padre, William Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil que se hizo cargo de sus seis hijos tras quedar viudo.
La idea era reconocer el papel de los padres en la sociedad y la celebración se ha extendido por el mundo.
El Día del Padre es una festividad que se celebra en diversas partes del mundo, honrando la figura paterna y la influencia de los padres en la sociedad, cabe resaltar que la fecha y las tradiciones varían entre culturas, la esencia de la celebración es universal: reconocer el amor, la dedicación y los sacrificios de los padres.
En México, el Día del Padre se festeja desde 1972, en la actualidad la celebración sigue vigente, es motivo de unión entre familias, fiestas y reuniones emotivas, similar a la que se realiza cada 10 de mayo en conmemoración al Día de la Madre.
El origen del Día del Padre en México surge en la década de los 50, gracias a la iniciativa de Carmelita Tostado. Carmelita, considerada la pionera del Día del Padre en México, logró que se aceptara su propuesta para festejar este día el tercer domingo de junio durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946).
Hasta la fecha se han inaugurado ya tres monumentos dedicados a los padres de familia. En 1997 se inauguró en ciudad Lerdo, Durango, el primero en México y en Latinoamérica. En 2008 se dedicó otro en la ciudad de San Luis Potosí y en 2009 fue inaugurado el tercer monumento, obra del escultor Mario Cuevas, en la plaza principal de Gómez Palacio, Durango.
La primera celebración oficial ocurrió el 15 de junio de 1946, en una iglesia de Guadalupe en Torreón, Coahuila, donde se celebró una misa matutina para conmemorar esta ocasión.
