Karin Salazar Castillo
A manera de recapitulación, en la entrega pasada hablamos de la importancia de fomentar la autonomía e independencia de las personas adultas mayores, ya que contribuye a mejorar su salud física y mental, fortalece su confianza y autoestima, y enriquece su sentido de propósito y calidad de vida.
Hablamos también de las actividades de la vida diaria (AVD/ADL) y de las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD/IADL) y cómo éstas ayudan a las personas cuidadoras a controlar la salud y las capacidades funcionales de las personas adultas mayores a su cargo, y establecer mejor sus necesidades actuales y futuras. Finalmente, se comentó que el conocimiento del grado de independencia se obtiene de conocer de cada paciente el estado de cada uno de estos elementos de su vida: Autonomía, Capacidades Cognitivas, Relación Social, Dieta (o nutrición), Desorientación y Caídas.
Ahora vamos a hablar sobre las herramientas que existen para medir el grado de independencia de una persona mayor, respecto de las .AVD y AIVD:
El índice de Katz, es un instrumento clínico que se utiliza para medir el grado de independencia de una persona en AVD. Incluye seis ítems que corresponden a cada una de las áreas que se evalúan:
Alimentación, Baño, Movilidad, Uso del inodoro, Continencia urinaria y fecal, y Vestido. De acuerdo al grado de independencia, la puntuación varia de cero puntos cuando la dependencia es total y hasta 3 puntos cuando la persona no requiere ninguna ayuda.
Índice de Barthel, también sirve para medir las AVD, incluye dos categorías adicionales al de Katz: el aseo y las escaleras. Es más adecuado para entornos de cuidados intensivos, ya que es más detallado y detecta mejores cambios sutiles en la salud de una persona. Al igual que con la evaluación de Katz, cuantos más puntos tenga en total, más independiente será su ser querido.
Índice de Lawton evalúa las habilidades instrumentales, detectando los primeros signos de deterioro en personas mayores. A pesar de la falta de escalas adecuadas para medir estas capacidades, el Índice de Lawton continúa siendo una de las más utilizadas. Entrenadas, las personas cuidadoras pueden aplicar esta herramienta Para medir la capacidad cognitiva de una persona adulta mayor, se tienen 2 herramientas:
Índice de Pfeiffer, es un breve cuestionario que aborda aspectos generales de la vida del individuo mayor y de los acontecimientos circundantes. Ofrece indicadores precisos en términos de sensibilidad y especificidad, centrándose principalmente en la memoria y la orientación del paciente mayor.
Esta evaluación de rápida aplicación sirve como un método de detección inicial del deterioro cognitivo.
Índice Mini mental, se utiliza para detectar posibles signos de demencia senil en evaluaciones sistemáticas de pacientes geriátricos, así como para monitorear su progresión. Permite una evaluación más amplia de la función cognitiva. Hay dos versiones disponibles: una con una puntuación máxima de 30 y otra con 35.
Respecto de los elementos demás elementos de vida de las personas mayores, su medición puede hacerse de acuerdo a los siguientes criterios:
Relación social, se refiere a la habilidad de la persona para interactuar con su entorno cercano, incluyendo familiares y amigos. De manera que cuanto más se relacione con estos grupos, menos dependencia tenderá a tener.
Estar rodeado de seres queridos es un signo positivo, siempre y cuando no haya una afectación cognitiva que requiera que la persona pase más tiempo en casa.
Dieta, es un aspecto significativo, ya que, en términos generales, a medida que se envejece, es recomendable llevar una dieta de elaboración rápida, ligera y de fácil digestión, de fácil masticación y deglución.
Además, se debe potenciar la ingesta de alimentos con fibra y derivados lácteos a la vez que se debe controlar la ingesta de sal y azúcar. La buena presentación de la comida también es importante.
Lo anterior, debido a que el proceso de envejecimiento en general incluye afectaciones en la mandíbula y el aparato digestivo, por lo que es importante controlar el estado de los dientes de la persona adulta mayor, y evaluar correctamente el tipo de dieta de alimentación que necesita, si blanda o entera; así como también poder evaluar el estado de su sistema digestivo.
Desorientación, este indicador revela el grado de confusión experimentado por la persona mayor, y está estrechamente vinculado a su percepción del tiempo y espacio. Cuanto más tiempo pasa sola una persona, mayor puede ser su desorientación.
La interacción diaria es fundamental para ayudar a la persona a mantener un mejor control espaciotemporal. Por lo tanto, es importante que, siempre que sea posible, la persona mayor esté acompañada de manera regular, ya sea familiares cercanos o de una persona cuidadora.
Caídas. El manejo de las caídas también nos permite evaluar el nivel de dependencia de la persona mayor.
Un aumento en la frecuencia de las caídas sugiere una disminución en su autonomía.
En cada situación, es necesario investigar más a fondo la causa subyacente de las caídas.
Finalmente, en caso de duda, siempre contactar con su médico para plantearle sus inquietudes sobre las limitaciones de las personas mayores que se cuidan, pero sobre todo, buscar juntos opciones de ayuda que les permitan superar o mitigar esas limitaciones, y puedan tener acceso a la atención que necesitan, para que disfruten de una buena calidad de vida.
Les recuerdo el correo de [email protected] donde quedamos atentos a sus comentarios y sugerencias.
Referencia:
https://portalgeriatrico.com.ar/como-medir-el-grado-de-independencia-de-los-adultos-mayores/
Índice de Katz de Independencia en las Actividades de la Vida Diaria