Desde hace varios años se ha señalado que la presa Endhó, en Tula de Allende, se ha convertido en un foco de infección para los habitantes de esa zona, esto luego de que en 2018 conagua, analizó siete pozos alrededor de la presa, detectándose la presencia de altos niveles de contaminación producto de la presencia de metales pesados, lo que sin duda ha traído en consecuencia problemas de cáncer e insuficiencia renal.
El impacto a la salud puede ser múltiple: hipertensión, afectación en riñones, abortos espontáneos, problemas cerebrales y de tipo neurológico, solo por citar algunos de los efectos, sin dejar de mencionar que habitantes de esa zona se encuentran en total abandono por parte de las autoridades federales y estatales que, pese a saber que el problema lleva décadas, simplemente no les han ofrecido una solución de fondo a este gravísimo problema.
Se vive una catástrofe ambiental, producto de las aguas negras que se desplazan desde la CDMX, una refinería y una termoeléctrica ancladas en la zona, lo que ya ha provocado graves daños a la población, que ha visto triplicados los casos de cáncer en los últimos años.