El regreso de Miguel Bosé a los escenarios no podía tener mejor marco que la majestuosa Plaza de España de Sevilla, donde anoche, dentro del Icónica Santalucía Sevilla Fest, el artista volvió a demostrar por qué es uno de los grandes referentes del pop en español.
Con todas las entradas vendidas y 7.500 personas entregadas, Bosé ofreció un espectáculo vibrante e innovador que repasó sus más de cuatro décadas de trayectoria. El público, armado con abanicos que resultaron innecesarios al final por el calor que ya venía del escenario, coreó sin descanso los grandes éxitos de un artista que, tras ocho años de silencio en directo, ha regresado con fuerza.
Desde que comenzó su ‘Importante Tour’ en México el pasado febrero, Bosé no ha dejado de recordar su legado: más de 30 millones de discos vendidos y más de 70 singles que han conquistado las listas de América Latina y Europa. Sevilla
fue una parada especial, y el artista lo supo desde el primer momento.
Ataviado con un primer guardapolvo blanco, que luego cambiaría por rojo y más tarde por amarillo, Bosé fue desgranando un repertorio impecable. No faltaron los clásicos: ‘Linda’, ‘Morena Mía’, ‘Bambú y, cómo no, ‘Sevilla’, tema que interpretó con un esbozo de baile flamenco que desató la ovación general.
El artista recordó emocionado que su abuela era almeriense y que, por sus venas, corre sangre andaluza, unas palabras que calaron hondo en el público sevillano.
Arropado por una banda de músicos y coristas dirigidos por Mikel Irazoki, Bosé tejió un concierto en el que el pasado y el presente se fundieron en un espectáculo importante en todos los sentidos.
Icónica Santalucía Sevilla Fest volvió a ser, una vez más, el punto de encuentro para vivir noches inolvidables en uno de los enclaves más bellos y patrimoniales de la ciudad. Y anoche, con Miguel Bosé sobre el escenario, Sevilla volvió a vibrar al ritmo de los grandes himnos del pop iberoamericano.