“ MÉXICO EN PRIMEROS LUGARES DE EMBARAZO INFANTIL
México se posiciona como líder en la tasa de fecundidad en menores de 19 años en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La OCDE contabiliza 77 nacimientos por cada mil adolescentes entre 15 y 19 años. Además, el inicio temprano de la vida sexual es una realidad en el país, con un 23 por ciento de las y los adolescentes que comienzan a tener relaciones entre los 12 y los 19 años.
De este grupo, el 15 por ciento de los hombres y el 33 por ciento de las mujeres no utilizan ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual.
En consecuencia, se estima que ocurren alrededor de 340 mil nacimientos de mujeres menores de 19 años cada año en México.
Asimismo, especialistas han señalado que el embarazo infantil no existe, es violencia sexual, pues en la mayoría de los casos hay una clara desventaja en la dinámica de poder, particularmente si el hombre es mucho mayor.
El centro de investigación materno infantil señalo: que La maternidad adolescente tiene diferentes matices cuando se consideran las condiciones socioeconómicas. En un texto del autor Carlos Stern expone un análisis etnográfico en el que se entrevistó a un grupo de jóvenes de diferentes sectores sociales. En este concluye que las mujeres adolescentes que viven en sectores urbanos marginales ven el embarazo como una forma de salir de ese contexto adverso marcado por la explotación, el maltrato y el abuso al interior de sus hogares.
Así, el embarazo adolescente se presenta como un problema complejo, con múltiples causas y manifestaciones, que además recaen de forma diferenciada entre hombres y mujeres. Un estudio cualitativo realizado a padres adolescentes entre 15 y 19 años concluyó que la mayoría de ellos no conviven con sus parejas ni sus hijos, por lo que su relación de paternidad es casi nula o se da desde la distancia física, social y emocional. Generalmente, son las madres las que deben asumir las tareas de cuidado del bebé. En casos como este, las dinámicas en el cuidado y los roles de género persisten en las distintas etapas de vida de las mujeres.