En este día celebramos al vino tinto, una de las bebidas alcohólicas predilectas en todo el mundo, además es muy utilizada en la gastronomía internacional, como ingrediente en la preparación de platos, otorgando un sabor y aroma exquisitos. No debemos olvidar que, es el perfecto acompañante para las comidas y el protagonista en agasajos y celebraciones.
El vino tinto, es un tipo de vino elaborado con mostos de uvas tintas, con ese color tan característico de los hollejos de la uva.
El líquido obtenido se almacena en barricas y dependiendo del tiempo de envejecimiento se obtienen las siguientes clasificaciones de vinos tintos:
Joven o de año: no ha pasado el suficiente tiempo en la barrica o ninguno.
Crianza: pasa entre seis y doce meses en la barrica (de acuerdo a su denominación de origen). Después de su elaboración reposa en la botella
durante dos años, antes de su comercialización.
Reserva: reposa un año en la barrica. Después de su elaboración reposa en la botella durante tres años.
Gran Reserva: pasa dieciocho meses en la barrica y el resto en la botella. Se comercializa al sexto año. Corresponde a cosechas excepcionales.
Según hallazgos arqueológicos, los orígenes el vino tinto se remontan a 6 mil años antes de Cristo. Sin embargo, otras afirmaciones documentan que el vino tinto proviene de la época griega, en el siglo VII a.C.
El vino tinto posee propiedades innumerables, así como grandes beneficios para la salud, siempre y cuando se consuman las dosis adecuadas y recomendadas por los expertos de la salud. Contiene minerales esenciales para la vida humana, como el fósforo, magnesio y zinc.