Nuevamente Xóchitl Gálvez hace comentarios desafortunados en contra de la gente del sureste del país, fue este sábado en el marco de los Foros Regionales del Frente Amplio por México, en Monterrey, Nuevo León, donde sus palabras causaron una gran polémica, no cabe duda que a esta mujer de pronto se le cae la careta y no puede negar la cruz de su parroquia.
“Primero tengo que partir diciendo que hay una cultura distinta en el sureste del país, y no podemos aplicar un modelo similar al del norte, recuerdo cuando trabajaba con Fox quisieron instalar maquiladoras en San Cristóbal de las Casas y les dije, esto va hacer un fracaso, nadie va ir a trabajar, nadie va ir a trabajar 8 horas seguidas porque no es su cultura”
“Recuerdo que cuando trabajaba con Vicente Fox quisieron instalar maquiladoras en San Cristóbal de las Casas y les dije: ‘va a ser un fracaso, nadie va a ir a trabajar ocho horas seguidas porque no es su cultura’”. aseveró Gálvez
Sus declaraciones no hicieron más que sacar relucir los obscuros negocios, intereses y grupos en el que ella y de su entonces jefe Vicente Foz Quezada tenían en Foxismo, fue el 11 de abril de 2002 cuando el entonces Presidente Vicente Fox, acompañado del Gobernador de Chiapas, el perredista Pablo Salazar Mendiguchía, inauguró en San Cristóbal de las Casas las instalaciones de la empresa Trans-Textil International, propiedad de Kamel Nacif, a quien se benefició con cerca de 20 millones de pesos para una “beca salarial” que absorbería los sueldos de los trabajadores durante casi un año, la entrega de una nave industrial en calidad de comodato, y la infraestructura para operarla.
Xóchitl aseguró que la maquiladora fracaso por que las chiapanecas y chiapanecos no quieren trabajar, en especial la mujeres que no saben estar 8 horas “encerradas” siendo una gran mentira, ya que si la maquiladora En San Cristóbal quebró no fue porque no quisieran trabajar, lo que no dice es que existía abusos laborales, los trabajadores de esta maquiladora textil, quienes en un 60 por ciento eran mujeres, en 40 por ciento indígenas, y con un promedio de edad de 22 años, recibían el salario mínimo de entonces 40.30 pesos por día correspondiente, oficialmente se decía que trabajan 45 horas a la semana, repartidas en cinco días, más dos domingos al mes, pero no obstante cuando incumplían su “cuota mínima” de prendas tenían que quedarse trabajando hasta completarla, sin pago adicional.
Aunque en inicio elaboraban suéteres, después hicieron playeras dirigidas al mercado estadounidense para ser vendidas en Sears, Target, Wal Mart, J.C. Penny. Las playeras portan marcas como Tommy Hilfiger. Miguel Pickard, del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria AC, señalaba a un año de la entrada en operación de esta maquiladora que una trabajadora ganaba 43 centavos de peso por cada playera producida cuando era vendida por menos de 20 dólares en Estados Unidos, es decir, 500 veces más de lo que se le pagó a la trabajadora por ella.
No solo existía este margen de ganancia, estaban las facilidades que le brindaron los tres órdenes de Gobierno, la administración de Pablo Salazar, por ejemplo, compró en 10 millones de pesos la nave industrial y se la dio a Kamel en comodato, sin cobrar renta, y le otorgó las “becas” con las cuales se pagó a los empleados durante los primeros seis meses de su estancia en la maquiladora, el tiempo que supuestamente tardan en capacitarse, tiempo en el que se daban “la mayoría de despidos o bajas voluntarias, y la empresa también se ahorra el costo de reentrenar a los nuevos ingresos”, para cuando la maquiladora frenó sus operaciones, lo hizo sin previo aviso, dejando en el desempleo a unos 300 trabajadores, la mayoría mujeres indígenas de Los Altos, a cambio de una liquidación de entre 2 mil y 4 mil pesos por obrero.
La anhelada promesa del arranque para el desarrollo industrial de la entidad quedó en una historia de abusos en donde las personas que laboraron en esta maquiladora en efecto, no trabajaban ocho horas diarias, sino hasta 10 o más sin recibir para ello un pago extra.
Ante tan polémica generada Xóchitl Gálvez salió a pedir que se dejara de sacar de contexto el mensaje que pronunció durante el segundo foro regional “Un futuro viable para México”.
“Absolutamente falso que yo dije que no podían trabajar ocho horas. Es más, trabajan hasta 12 o 14 horas al día. Lo que no visualizo es gente trabajando con una máquina 10 horas continuas porque culturalmente no es lo que las mujeres indígenas buscan. Para muchas mujeres indígenas el contacto con la naturaleza, el tejer sus bordados, es lo más importante en la vida”, aseguró en conferencia de prensa.
Esta declaración solo confirma que si dijo lo que dijo en el contexto que lo dijo, por mas que lo quiera maquillar.