Se celebra el 18 de octubre de cada año, desde 1972. El origen de esta celebración está en las palabras pronunciadas por el general argentino Juan Domingo Perón en 1972, mientras se encontraba exiliado en Madrid, y que fueron enviadas a Kurt Waldheim, entonces secretario general de las Naciones Unidas. En ellas Perón alertaba sobre «la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología» y hacía una llamada para revertir la situación.
Es necesario anticipar los riesgos y prevenir los daños; proteger los espacios naturales, aquellos que poseen valores singulares de vegetación, fauna, paisaje o geomorfología y dirigir esfuerzos para que el desarrollo humano sea compatible con la protección del entorno.
En momentos en que nuestra huella ecológica supera la capacidad del planeta para regenerar lo que se consume, la protección de la naturaleza se convierte en un asunto de prioridad esencial.
Es necesario reforzar las buenas prácticas ambientales por toda la comunidad. Crear responsabilidad ambiental es el principal objetivo de este día.