Hace 56 años la plaza de las Tres Culturas fue testigo del crimen de lesa humanidad que el Estado mexicano orquestó contra un movimiento estudiantil que aglutinó a miles de manifestantes para exigir mejores condiciones de libertad, principalmente, el respeto a la autonomía universitaria del IPN y de la UNAM.
Fue después del mitin político que bajo la orden de Gustavo Díaz Ordaz los militares procedieron a disolver la lucha estudiantil a tal grado de detener, desaparecer y asesinar no sólo al Comité Nacional de Huelga sino también a civiles que se unieron a las multitudinarias manifestaciones.
El Batallón Olimpia (militares entrenados para la seguridad de los juegos olímpicos del 68) y los Oficiales del Estado Mayor Presidencial fueron los actores que ejecutaron las órdenes precisas de Díaz Ordaz para callar la protesta que evidenció la barbarie del Gobierno Mexicano al intentar desacreditar la legítima exigencia de los estudiantes.
A la señal de una bengala, ejecutada desde un helicóptero, los militares dispararon sin cesar contra la multitud apostada en la plaza, el saldo fue rojo con innumerables muertes, detenciones y desapariciones en el intento de desarticular la protesta y de desintegrar cualquier aspiración de disidencia ideológica contra la élite del poder.
A pesar de que los estudiantes y civiles se resguardaron del tiroteo en edificios cercanos a la plaza, las fuerzas militares peinaron toda la zona para detener con lujo de violencia a los manifestantes.
Por tal razón, a 58 años la conciencia de lucha nos permite exigir al Estado Justicia para los movimientos estudiantiles y sociales, Diálogo ¡No represión!
¡No repetición de los crímenes de Estado! ¡Nunca más un operativo militar contra las luchas estudiantiles! ¡No a la repetición histórica de sangre y muerte!
