El domingo 26 de febrero se llevó a cabo una marcha en la que se dieron cita en algunos estados, en sus principales plazas, invitando a la población en general dirigidos por algunos políticos de la derecha; esta marcha, se originó tras la propuesta de reforma al sistema de elecciones en el país, en este caso al INE, cuyo principal objetivo sería cambiarlo por Instituto Nacional de Elecciones y Consultas a nivel federal, que se integre por un número menor de consejeros electorales y una reducción presupuestaria.
Hoy 27 de febrero en la mañanera al preguntarle al presidente Andrés Manuel López Obrador, qué opinión le merecía dicha marcha dijo: «La manifestación de ayer y otras que vendrán se encuadran en este propósito de enfrentarnos, porque no quieren la transformación de México, quieren seguir robando, quieren regresar por sus fueros, quieren seguir manteniendo en la marginación y el olvido a la mayoría de los mexicanos empobreciéndolos y como estrategia ellos utilizan la mentira de que se quieren afectar la democracia en México, cuando ellos son en esencia antidemócratas, la mayoría de los dirigentes son puros mapaches electorales, el INE no se toca (risa), la corrupción no se toca, los privilegios no se tocan, el narco estado no se toca, pues tienen todo el derecho de manifestarse.»
Pese a todo lo que opino el presidente, así como las opiniones de la gente que tampoco estuvo de acuerdo con esta marcha, se debe reconocer la dimensión que está movilización tuvo, aunque lo realmente preocupante no es que hayan llenado las plazas (acarreados o no), sino que a días del veredicto de culpabilidad de García Luna, donde se pone en evidencia que gobiernos anteriores tenían vínculos con el crimen organizado simplemente no les importo.