Como bien recordamos la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, se ha visto envuelta en diferentes escándalos, por su cercanía con algunos políticos de la oposición, pero también sabemos que en diversas ocasiones ha mostrado su descontento ante la aprobación de la reforma judicial, el más reciente es de la ministra Lenia Batres a quien la destituyeron de una ponencia contra el salinas pliego, a quien la Ministra Batres calificó la decisión como un acto de “sometimiento y complicidad” de la SCJN con poderes fácticos, denunciando que algunos ministros protegen intereses privados en lugar de garantizar justicia, la mandataria dejó ver que el caso no solo revela una disputa dentro de la SCJN, sino que también pone sobre la mesa el debate sobre la equidad en el pago de impuestos y la influencia de los empresarios en la justicia mexicana, lo cual, señaló, debe mejorar con la Elección Judicial.
Así también Derivado de ello, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, declaró que, si tuviera la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, tuviera «un poco de decencia», ya habría renunciado a su cargo. Estas declaraciones surgen en el contexto de la implementación de la reforma judicial que busca la elección popular de jueces, magistrados y ministros a partir de 2025.
Fernández Noroña acusó a Norma Piña de intentar designar a la mayoría de los integrantes del nuevo Órgano de Administración Judicial, calificándola de «muy insaciable». Añadió que será el nuevo Poder Judicial, y no el actual, el que defina esta situación, por lo que no permitirá que continúe «despachándose con la cuchara grande».
Además, el senador hizo un llamado a Piña para que desista de su «actitud facciosa» y reconozca que su conducción política ha sido desafortunada para el Poder Judicial. La exhortó a colaborar en la transición y en la organización de la elección de las nuevas personas juzgadoras.
Cabe mencionar que, en octubre de 2024, Norma Piña presentó su renuncia como presidenta de la SCJN, argumentando congruencia y respeto al texto constitucional vigente. Sin embargo, Fernández Noroña ha señalado que algunos ministros, aunque han decidido no participar en la elección de 2025, continuarán en sus funciones hasta agosto de ese año.
Estas declaraciones reflejan la tensión existente entre el Poder Legislativo y el Poder Judicial en el proceso de implementación de la reforma judicial en México.
Su gestión al frente de la suprema corte ha sido objeto de críticas por su falta de liderazgo y capacidad política durante momentos cruciales para el Poder Judicial.