La relación entre Estados Unidos y Venezuela volvió a escalar en tensión tras un nuevo episodio en el mar Caribe. El Pentágono denunció que aviones militares venezolanos realizaron un sobrevuelo “agresivo” sobre un buque de la Armada estadounidense que se encontraba en aguas internacionales, lo que ha encendido las alarmas en la región.
De acuerdo con fuentes militares de Washington, la aeronave venezolana se aproximó a menos de un kilómetro del buque, maniobra considerada una “provocación” y un riesgo para la seguridad de ambas naciones. El gobierno de Nicolás Maduro, por su parte, aseguró que se trató de un operativo de vigilancia rutinaria para resguardar la soberanía del país sudamericano.
Este incidente ocurre en un contexto de fuertes tensiones políticas y económicas entre ambos gobiernos. Estados Unidos mantiene sanciones económicas sobre Venezuela, mientras que Caracas acusa a Washington de “injerencia” y de impulsar una estrategia de desestabilización en la región.
Analistas internacionales advierten que este tipo de episodios incrementan la posibilidad de roces diplomáticos y militares, en un momento en el que la administración de Joe Biden busca mantener la presión sobre el régimen de Maduro, pero también necesita cooperación energética en el marco de la crisis global de hidrocarburos.
El Comando Sur de Estados Unidos informó que continuará con sus operaciones “de rutina” en aguas internacionales, al tiempo que llamó a Venezuela a evitar actos que pongan en riesgo la seguridad marítima. En respuesta, el Ministerio de Defensa venezolano declaró que no permitirá “provocaciones extranjeras” y reiteró su postura de defensa nacional.
La comunidad internacional observa con atención este nuevo capítulo, pues un mal cálculo o accidente podría detonar una crisis mayor en el Caribe. Países latinoamericanos han pedido prudencia y respeto al derecho internacional para evitar una escalada que afecte la estabilidad de la región.
Con este episodio, las relaciones entre Caracas y Washington entran a una nueva fase de tensión, justo cuando organismos multilaterales buscaban abrir canales de diálogo para la normalización de vínculos.