El Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT) advirtió que, si el
Congreso no aprueba el nuevo presupuesto federal antes del 15 de noviembre,
el país podría enfrentar un cierre parcial de su espacio aéreo debido a la falta
de personal en agencias críticas, como la Administración Federal de Aviación
(FAA).
El escenario forma parte del creciente riesgo de “shutdown” —cierre de
Gobierno— que afectaría a millones de empleados federales y servicios públicos
en todo el país. En este caso, la aviación civil podría ser una de las áreas más
afectadas, pues la FAA no tendría los recursos suficientes para mantener la
totalidad de sus operaciones de control aéreo y supervisión técnica.
“Si el Gobierno entra en cierre, nos veremos obligados a suspender parte del
tráfico aéreo por razones de seguridad”, declaró un portavoz del DOT, quien
explicó que los controladores aéreos son considerados personal esencial, pero
su capacidad de operación sería limitada por falta de apoyo administrativo y
técnico.
De acuerdo con estimaciones del sindicato National Air Traffic Controllers
Association, alrededor de 30% de los vuelos domésticos podrían verse
afectados en los primeros días del cierre, especialmente en los aeropuertos de
Chicago, Nueva York y Los Ángeles.
La Casa Blanca responsabilizó a los legisladores republicanos por el
estancamiento en la aprobación del presupuesto. “Están jugando con la
estabilidad económica del país y con la seguridad de millones de viajeros”,
señaló la portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre.
Por su parte, los republicanos han acusado al gobierno de gastar “sin control” y
exigen recortes inmediatos en programas sociales y subsidios energéticos.
En 2019, un cierre similar provocó el retraso de más de 40 mil vuelos y pérdidas
económicas por más de 3 mil millones de dólares.
De concretarse esta crisis, Estados Unidos podría vivir su versión más literal del
“alto en el cielo”: aviones detenidos, pasajeros varados y políticos todavía
discutiendo quién paga la cuenta.