Insurgente y heroína durante la Independencia de México, fue la esposa del corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez.
Formó parte de las conspiraciones en favor de la independencia del país, buscó de diversas maneras informar al cura Hidalgo y a Ignacio Allende sobre las órdenes de aprender a los conspiradores. Después de esto, el virrey mandó aprehender a Doña Josefa y la encerró, primero en el Convento de Santa Teresa la Antigua de la Ciudad de México y después en el de Santa Catalina de Siena. Su nombre que pasó a la historia, está grabado en el Muro de Honor de la Cámara de Diputados.