Artista y folclorista chilena, Violeta Parra
El 5 de Febrero de 1967, en la ciudad de Santiago, se quitaba la vida la artista y folclorista chilena, Violeta Parra. Nacida el 4 de Octubre de 1917 en la ciudad precordillerana de San Carlos, Provincia de Ñuble, en la Región del Biobío, hija del profesor de música Nicanor Parra y de la campesina Clarisa Sandoval Navarrete. Si bien su infancia se desarrolló en un ambiente campesino, el oficio de su padre mantenía a la familia en contacto con el arte, a los 9 años comenzó a tocar la guitarra y formó un dúo con su hermano Eduardo Emeterio Parra y a los 12 ya compuso sus primeras canciones. Cuando su padre enfermó la familia debió redoblar esfuerzos para mantenerse, mientras algunos se emplearon en campos vecinos, Violeta y su hermano comenzaron a presentarse en público en circos, posadas y bares, incluso a la gorra en trenes y esquinas. Estas presentaciones se multiplicaron en 1931, cuando luego de la muerte de su padre, junto a su hermana Hilda se trasladaron a Santiago y formaron el dúo folclórico «Las hermanas Parra». En 1935 el resto de la familia se trasladó a Santiago, juntos, los 5 hermanos, Violeta, Clara, Eduardo, Hilda y Roberto formaron un grupo familiar que logró renombre en el circuito de bares y restaurantes de la capital. Si primer esposo, Luis Cereceda un empleado y delegado ferroviario con quién tuvo 2 hijos, fue quien le inculcó la pasión por la política y la cultura popular, esto la acercó a las raíces de la música chilena, junto a Hilda consiguieron su primer contrato discográfico. De su mano luego de varios años, la música popular y nativa chilena se imponía a la latinoamericana. Comprometida con la identidad nacional, logró un espacio exclusivo en Radio Nacional llamado «Canta Violeta Parra» donde difundía su música y la de otros cantantes chilenos. En 1961 inició una gira mundial sin un plan definido, Argentina, Finlandia, URSS, Alemania, Italia y finalmente, Francia, allí no solo cantaba en teatros de nivel, sino que aprendió a elaborar artesanías y tapices que vendía en el barrio latino. Violeta causó sensación en Paris, incluso algunos de sus tapices artesanales fueron expuestos en el Museo del Louvre, en 1964 se enamora profundamente del antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, esta pasión le sirvió de inspiración para sus mas bellas canciones de amor. En junio de 1965, Violeta regresó a Chile hecha una celebridad, aprovechando esto y con el objetivo de promocionar la música popular chilena, instaló una carpa cultural en la comuna de La Reina, pese a que la apoyaron figuras como Rolando Alarcón, Víctor Jara y Patricio Manns, el proyecto no tuvo repercusión. Cuando en 1966, Favre la abandona para instalarse en Bolivia, Violeta cae en una profunda depresión y compone la desgarradora » Run Run se fue pa’l norte», su familia la convence de editar un disco para olvidar sus penas, este incluye el «Himno», «Gracias a la vida» pero ya no existía la chispa de antaño. Su dura infancia, la pobreza, el exilio, la indiferencia de sus compatriotas, su endeble salud y los desencantos amorosos la llevaron a tomar una triste decisión, luego de varios intentos, el 5 de Febrero de 1967, Violeta se quitó la vida con un disparo en la sien, su cuerpo fue velado en la misma carpa de la esquina de la avenida La Cañada y Toro Zambrano.