*En Hidalgo hay cerca de 60 especies de murciélagos; 31 habitan en la Reserva de la Biosfera de la Barranca de Meztitlán
*Investigadores de la UAEH buscan reducir estigmas mediante programas de educación ambiental y divulgación científica
Tulancingo de Bravo, Hidalgo.– Los murciélagos brindan distintos servicios ecosistémicos al planeta, como la polinización
de la flora endémica, la dispersión de semillas y el control de plagas de insectos, entre ellos los portadores de dengue,
zika y chikungunya; también actúan como marcadores biológicos y, además, son utilizados en la medicina humana como
modelos para estudiar enfermedades relacionadas con accidentes vasculares en el sistema nervioso central.
José Ignacio Olave Leyva, profesor investigador del Área Académica de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), destacó que en la entidad habitan cerca de 60 especies de las 140
registradas hasta ahora en México; de ellas, 33 hicieron su hogar en la Reserva de la Biosfera de la Barranca de
Meztitlán, que abarca los municipios de Acatlán, San Agustín Metzquititlán, Atotonilco El Grande, Eloxochitlán, Huasca
de Ocampo, Metepec, Zacualtipán y Metztitlán.
El veterinario zootecnista del Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAp) destacó que estos animales son perseguidos y
exterminados debido a sus hábitos nocturnos, su apariencia física poco “atractiva”, y el temor al vampirismo o al
contagio de rabia. Sin embargo, gracias a ellos existen productos como el tequila, el pulque, el maíz, el café, diversos
frutos y una variedad de cactáceas, además de ecosistemas como bosques, selvas y desiertos.
Ante ello, enfatizó la necesidad de reforzar la colaboración entre la academia, las instituciones gubernamentales y la
sociedad civil para desmitificar a los quirópteros, a través de implementar programas de educación ambiental en todos
los niveles escolares, capacitar a las brigadas de protección civil en la captura, manejo y reubicación de murciélagos, así
como en ofrecer charlas sobre las bondades ecológicas y las medidas preventivas para evitar la rabia en el ganado.
Un ejemplo exitoso de esta suma de esfuerzos es el refugio de maternidad del Leptonycteris nivalis o murciélago
magueyero mayor en la barranca de Aguacatitla, dentro de la Reserva de la Biosfera, recinto monitoreado por Alberto
Enrique Rojas Martínez, investigador jubilado de la UAEH, quien, junto a ex trabajadores de la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) y pobladores locales, buscan crear el primer museo estatal dedicado a estos mamíferos.
Otro caso, es el proyecto que lidera Olave Leyva, junto con sus estudiantes y la asociación civil ECOYDES, encabezada por
la bióloga Melanie Aguilar, quienes estudian al Desmodus rotundus o vampiro común en Progreso de Obregón, una de
las tres especies hematófagas de México, mientras difunden sus beneficios ecológicos y fomentan su manejo y
reubicación de estos pequeños guardianes nocturnos.
Cabe mencionar que el ICAP participa en la “Murcisemana”, una iniciativa de universidades y organizaciones civiles que,
mediante la ciencia, el arte y la cultura, promueve la educación ambiental en torno a ellos.
