La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que la capa de ozono
siguió recuperándose a lo largo de 2024 y podría restablecerse por completo
hacia el año 2066, siempre y cuando se mantengan las políticas internacionales
que prohíben el uso de sustancias que la dañan, como los clorofluorocarbonos
(CFC).
El informe, elaborado en conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA), indica que la concentración de ozono en la
estratósfera ha aumentado de manera constante durante los últimos diez años,
una tendencia que expertos califican como “uno de los mayores éxitos de
cooperación ambiental global”.
La recuperación es resultado directo del Protocolo de Montreal, firmado en
1987, que limitó la producción y uso de gases industriales responsables del
agujero de ozono. Desde entonces, más de 190 países han cumplido con los
compromisos establecidos, reduciendo drásticamente las emisiones de
compuestos destructivos.
“El planeta está sanando lentamente, pero necesita constancia”, afirmó Petteri
Taalas, secretario general de la OMM. El funcionario destacó que el progreso
podría revertirse si aumentan los niveles de contaminación o si se flexibilizan
las regulaciones internacionales.
Los científicos también advirtieron que la recuperación no será uniforme:
mientras que el ozono sobre el hemisferio norte podría normalizarse antes de
2045, el agujero antártico tardará dos décadas más debido a las condiciones
climáticas extremas de la región.
De acuerdo con la OMM, si se mantiene la tendencia actual, la radiación
ultravioleta disminuirá gradualmente, lo que reducirá los riesgos de cáncer de
piel, daños oculares y afectaciones en los ecosistemas.
La noticia fue celebrada en redes sociales como una señal de esperanza en
medio de los retos climáticos globales. “Una buena: la Tierra todavía sabe cómo
curarse… si la dejamos”, escribió un usuario.
Porque, al parecer, el planeta también tiene su propio sistema inmunológico.

