El Gobierno federal anunció una medida que impactará al sector transporte y
comercio de vehículos: a partir de ahora, no se permitirá la importación de
vehículos pesados usados con más de 10 años de antigüedad. Esta decisión
busca renovar el parque vehicular, reducir la contaminación y garantizar que los
transportistas trabajen con unidades más seguras y eficientes.
La restricción aplica para camiones, autobuses y otros vehículos de carga o
transporte de pasajeros, dejando fuera de circulación aquellas unidades que
superen la década de antigüedad. Con esto, se pretende fomentar la adquisición
de vehículos nuevos o de menor antigüedad, promoviendo además la
modernización de la industria automotriz nacional.
Autoridades explicaron que esta medida también tiene un componente
ambiental importante. Los vehículos más antiguos tienden a emitir mayores
niveles de contaminantes, por lo que su limitación ayudará a mejorar la calidad
del aire en las ciudades y carreteras. Asimismo, se espera que reduzca los
riesgos de accidentes asociados a fallas mecánicas en unidades desgastadas.
Transportistas y empresarios del sector logístico deberán adaptarse a esta
nueva normativa, evaluando sus flotas y planificando la adquisición de
vehículos compatibles con la regla de los 10 años. Por su parte, las aduanas y
autoridades federales reforzarán los controles de importación para garantizar
que la norma se cumpla.
En resumen, la prohibición de importar vehículos pesados usados con más de 10
años representa un paso hacia un transporte más seguro y ecológico, alineado
con políticas de sostenibilidad y modernización del sector. Para los ciudadanos,
esto se traduce en carreteras más seguras y menos emisiones contaminantes,
mientras que para el sector empresarial implica una planificación más
estratégica y responsable.

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