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Hablemos del cuidado de las personas adultas mayores (V). Las personas cuidadoras y la paciencia

Por: Karin Salazar Castillo


En la entrega anterior comentamos el gran agobio que causa a la familia un diagnóstico de demencia, y dijimos también que es necesario armarse de paciencia e investigar, porque la información genera conocimiento, da tranquilidad y permite a las personas cuidadoras planear el cuidado para conseguir mantener la motivación y la actividad de la persona que se cuida, lo cual es fundamental para su calidad de vida y la de las personas cuidadoras.

Mantener la motivación de la persona que se cuida está condicionado no sólo por llevar a cabo actividades interesantes, sino por el entorno en el que vive la persona, el ambiente de las relaciones en casa, si son positivas, tensas o conflictivas, ello influirá en su vida diaria. Pero la falta de paciencia ante determinadas situaciones es lo que más puede conflictuar el ánimo de la persona cuidadora y de la familia en general.

La paciencia es una virtud, y se considera que es algo que se tiene que trabajar de manera interna como un desarrollo personal para el control emocional, lo cual está bien, pero también es una habilidad que se puede gestionar siendo conscientes que el entorno que nos rodea nos afecta, y que hay cosas que no pueden cambiarse, como la demencia misma, pero otras situaciones si pueden disminuirse y hacernos tener calma.

Algo que es muy común y que es de las situaciones que más hacen a las personas cuidadoras perder la paciencia, son las preguntas repetitivas, que implican contestar una y otra vez lo mismo, genera desgaste en la persona cuidadora, sin embargo, la persona que se cuida necesita saber las respuestas a lo que pregunta. Esto puede prevenirse a través de mejorar el propio entorno, si por ejemplo la pregunta es ¿qué día es hoy? Puede buscarse la ayuda de un calendario grande y legible y si es posible que la persona lo coloque en un lugar que le agrade y sea visible para ella, de manera que cuando vuelva a preguntar la persona cuidadora pueda ayudarle a encontrar la respuesta por sí misma a través de la ayuda visual del calendario.

Este ejercicio del calendario en el caso personal con mi mamá fue muy efectivo, por las mañanas señalaba el día, mes y año y describíamos cómo estaba el día y qué tipo de ropa se iba a poner, cuando tenía duda, acudíamos al calendario. Antes de conocer esta estrategia, mi técnica era fomentar que encontrara la respuesta por sí sola, es decir, a la pregunta de ¿qué día es hoy? Yo respondía, por ejemplo, ayer fue lunes, y ella sola decía, entonces hoy es martes.

Cómo esta situación, hay muchas otras específicas para cada persona en particular, por lo que el siguiente ejercicio es muy recomendable, y aunque requiere invertir tiempo, es una inversión que hará que la calidad de vida tanto de la persona cuidadora como de la persona que se cuida sea mucho mejor:

1. Elaborar un listado de todas aquellas situaciones que nos hacen perder la calma, para que podamos ser conscientes de ellas; 

2. Organizarlas de acuerdo con la importancia que tuvieron en las relaciones con la persona que se cuida;

3. Estudiar las circunstancias en que se dieron, porque todo comportamiento tiene atrás una razón de ser;

4. Una vez identificadas las causas, ser empático buscando posibles soluciones para prevenirlas, ya sea a través de ayudas visuales, o de otras herramientas. 

Otra técnica para gestionar la paciencia que permite controlar las emociones ante situaciones difíciles que se presentan con la persona que se cuida, antes de que se convierta en algo estresante, que es percibido por ella, debido a que suelen ser muy sensibles a los estados de ánimo y a la comunicación no verbal, es:

1. Respirar profundo y seguir respirando antes de actuar ante una situación difícil y durante el desarrollo de esta;

2. Mantener una buena postura y expresión facial es de mucha ayuda, tratar de presentar una sonrisa en la cara, aunque sea forzada, ya que este semblante ayuda a calmar a la persona que se cuida;

3. Recordar que, ante cualquier situación difícil, las personas con enfermedades degenerativas, demencias o Alzheimer, no lo hacen para molestar, sino que son una consecuencia de la enfermedad, por lo que se debe evitar discutir para aliviar la tensión del momento;

4. Volver a respirar y pensar que la solución está bajo el control de la persona cuidadora para llevar la situación al mejor término posible. 

Estos ejercicios parecen fáciles, pero requieren de práctica para llevarlo a cabo, hacerlo dará calma y tranquilidad y mejorará la relación con la persona que se cuida. 

Referencia: 

https://refrescamelamemoria.com/blogs/noticias/3-practicas-para-mejorar-la-paciencia-en-el-cuidado-de-personas-con demencia

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