Opinión redacción 19 de julio del 2025.
El origen de la crisis se sitúa en Tabasco, bastión político del obradorismo, donde Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad durante el gobierno de Adán Augusto, ha sido vinculado con el narcotráfico. Apodado el “Comandante H”, se le acusa de liderar “La Barredora”, una escisión del Cártel Jalisco Nueva Generación, lo que ha derivado en un incremento de la violencia en la región y su búsqueda internacional por parte de la Interpol.
El silencio del senador ante estas graves acusaciones ha desatado especulaciones políticas y jurídicas. Aunque recientemente publicó un breve mensaje en redes sociales defendiendo su gestión y afirmando estar disponible para colaborar con las autoridades, su falta de presencia pública alimenta dudas y tensiones dentro y fuera de Morena.
En el lenguaje político mexicano, decir “a sus órdenes” suele usarse para transmitir disposición a colaborar, sin necesariamente comprometerse a nada concreto. Es una forma de decir: «Estoy aquí, pero no tengo mucho más que decir.» En este caso, parece ser una estrategia para bajar la presión, sin realmente entrar al fondo del escándalo que lo involucra indirectamente.
Al declararse “a disposición de cualquier autoridad”, Adán Augusto busca dar la imagen de que no tiene nada que esconder, sin admitir
ninguna responsabilidad. Es un movimiento político defensivo, que puede tener el objetivo de proteger su carrera y reputación, mientras se desarrolla la investigación.
Mensaje hacia la presidenta Claudia Sheiunbaum y el expresidente Andrés Manuel López Obrador, podría interpretarse internamente que es una señal de que no desafiará al liderazgo de la presidenta Claudia Sheiunbaum, y que mantendrá su lealtad al obradorismo.
Al no atacar a nadie ni dar explicaciones contundentes, intenta no romper puentes políticos, algo que podría ser estratégico si está buscando evitar su caída o negociar su posición dentro de Morena.