Sócrates dijo: “La mentira gana partidas, pero la verdad gana el Juego”, algunos desconocen la libertad de expresión por ello no aman a México.
En los últimos años, el debate sobre la libertad de expresión en las plataformas digitales ha adquirido un protagonismo sin precedentes. El ascenso de Donald Trump, otra vez a la presidencia de los Estados Unidos, como figura clave en este tema, junto con el liderazgo de los propietarios de las plataformas más influyentes, como Elon Musk y Mark Zuckerberg, ha reconfigurado las políticas y narrativas sobre cómo se gestiona el discurso en las redes sociales y se advierte a posibles censuras que puedan limitar las libertades de los ciudadanos.
Estas plataformas, que comenzaron como espacios para la interacción social, ahora se han convertido en verdaderos epicentros de las decisiones políticas y culturales que impactan a nivel global. En los últimos años, el debate sobre la libertad de expresión en las plataformas digitales ha adquirido un protagonismo sin precedentes.
La libertad de expresión es un pilar fundamental de las democracias modernas, pero también es un concepto que enfrenta constantes desafíos. En un mundo donde las plataformas digitales amplifican las voces de millones de personas, surge un delicado equilibrio entre garantizar este derecho y prevenir la falta de respeto, la inmoralidad y los abusos.
Es esencial que la libertad de expresión sea ejercida siempre y cuando se respete la dignidad y la integridad de las personas, evitando que el discurso degenerativo, “la irresponsabilidad y la poca decencia prevalezca sobre el debate constructivo. En este contexto, los líderes políticos pueden jugar con su influencia un papel crucial para incentivar reglas claras en el ecosistema digital.
La reciente decisión de Meta de modificar su forma de verificar contenidos de sus plataformas, Facebook, Instagram y WhatsApp, y seguir un modelo similar al implementado por X (antiguamente Twitter), plantea una discusión crucial sobre los límites y responsabilidades de las plataformas digitales en materia de libertad de expresión. Este cambio, refleja una preocupación creciente sobre el papel que estas compañías deberían desempeñar contra la desinformación, discursos de odio y noticias falsas.