Isaac Albéniz: Cien Años de Música y la Vigencia de un ‘Modernista Universal’
Isaac Albéniz: Cien Años de Música y la Vigencia de un ‘Modernista Universal’
Por: Luis Antonio Santillán Varela
26/10/2025
Hoy hacemos una reseña del tratamiento sobre la figura de Isaac Albéniz dentro del
artículo “Isaac Albéniz, cien años de música”, escrito por la musicóloga Isabela de
Aranzadi en el año 2009. En ese año, Barcelona conmemoraba el legado del virtuoso
que fundió el alma folklórica española con la ortodoxia europea.
El compositor, nacido en Camprodón, Girona, el 29 de mayo de 1860, falleció antes
de cumplir los 49 años en Cambo-les-Bains, Francia, el 18 de mayo de 1909, siendo
enterrado en Barcelona en un multitudinario y emotivo acto el 6 de junio. A pesar de
una vida que algunos califican de caótica o de torbellino nómada por los muchos
lugares en los que vivió y dejó obra escrita, Albéniz logró su ideal de crear una
«música nacional de acento universal». Su obra perdura como testimonio de la
expresión de lo ibérico, elevado a un lenguaje depurado.
Virtuosismo y Reconocimiento Internacional
El virtuosismo de Albéniz en el piano fue conocido internacionalmente. Su habilidad
fue tal que la casa Erard, la reconocida fábrica francesa de pianos, lo escogió para
mostrar la calidad de sus últimos modelos en la Exposición Universal de Barcelona en
1888. Albéniz fue un músico que partió de una fuente romántica con gran riqueza
armónica y se proyectó hacia el resto del mundo, siendo admirado por músicos
franceses de la talla de Vincent d’Indy, Paul Dukas y Gabriel Fauré. Esta admiración
se debía a su lograda síntesis entre la música popular con raíces hispanas y la
ortodoxia europea. Esta simbiosis de Norte y Sur sirvió de modelo a músicos
españoles posteriores como Joaquín Turina y Manuel de Falla.
La Suite Iberia, Obra Maestra del Nacionalismo
Aunque su estilo más característico comenzó a perfilarse con la Suite española de
1886, su obra maestra indiscutible es la Suite Iberia. En ella, Albéniz mostró una
técnica depuradísima y un dominio de recursos avanzados para la época, como el
bimodalismo (especialmente en «El Albaicín») y los ritmos superpuestos. El giro
hacia la inspiración nacionalista ocurrió tras conocer al compositor Felip Pedrell en
1882, quien dirigió su atención hacia la música popular española. Si bien Pedrell es
considerado el impulsor del nacionalismo español, Isaac Albéniz fue el primero en
llevar a la práctica la difusión y valoración de esta música fuera de las fronteras de
España. El alcance de su producción no se limitó al piano (estudios, suites, rapsodias),
ya que también destacó como dramaturgo (Pepita Jiménez, Henry Clifford) y
compositor de música orquestal (La Alhambra, Cataluña) y de música de cámara.
Conmemoración: La Exposición «Albéniz un Modernista Universal»
Como parte de la conmemoración del centenario, el Museu de la Música de Barcelona
exhibía en ese año 2009 la exposición «Albéniz un modernista universal». El Museu
de la Música de Barcelona conserva el mayor fondo histórico del compositor. La
exposición, que itineraria por Cataluña, Madrid (en el Auditorio Nacional) y otras
ciudades de España, contó con numerosos documentos, objetos personales y su piano,
un Rönisch de cola negro que lleva la firma del propio músico. Este valioso material
fue donado al Museo de la Música por su nieta, Rosina Moya Albéniz, en 1976, con el
expreso deseo de que la obra de Albéniz fuera custodiada por una institución que la
conservara
